Mitos Aborto y Salud Mental
Desde los grupos ultracatólico y conservadores se vienen insistiendo de forma recurrente en la idea que el aborto provoca supuestas secuelas mentales en las mujeres que deciden interrumpir su embarazo.
En muchos casos se habla incluso del “síndrome post-aborto”, el cuál está basado en investigaciones sesgadas, muy cuestionadas entre otras cosas por no diferenciar entre aborto voluntario o involuntario, si el aborto se había realizado de forma segura o no, etc.
A partir de 2007 se abrieron nuevas investigaciones, sin sesgos ideológicos que arrojaron los siguientes resultados:
1.- El aborto legal y seguro no se relaciona con desarrollo de trastornos mentales, suicidio o consumo de sustancias, por el contrario, mujeres que son obligadas a continuar con un embarazo que nos desean tienden a desarrollar ansiedad, a ser violentadas por las parejas que la embarazaron o a no presentar los recursos suficientes para sus necesidades básicas.
También se encontró, que en muchas ocasiones, los malestares que sufren las mujeres que han abordado son consecuencia del estigma y el juicio social al que se tienen que enfrentar en su entorno.Y no exactamente por haberse realizado el procedimiento de ILE.
2.- Es cierto, que después del aborto muchas mujeres pueden experimentar tristeza y estrés, sin embargo son sensaciones que van disminuyendo a medida que pasa el tiempo.
De hecho, estudios en mujeres que habían accedido a un aborto legal y en condiciones seguras e informadas concluyeron que tras cinco años de haberse realizado el procedimiento de aborto, el 95% de las mujeres aseguraban haber tomado la mejor decisión.
En el informe de la organización Ipas, se refiere que la mayoría de las investigaciones realizadas fueron en países como EEUU, Australia, Holanda y Nueva Zelanda. En Amércia Latina hay menos datos porque en la mayoría de países el aborto no es legal o está altamente criminalizado. Sólo en Uruguay, Ciudad de México y Oaxaca (México) el aborto es legal y se realiza en condiciones de seguridad.
En investigaciones realizadas en Ciudad de México muestran que 1 de cada 3 mujeres estaba preocupadas porque personas cercanas y queridas las juzgaran por abortar.
Estos datos vienen a confirmar que mujeres de entornos muy contrarios al aborto, con grades prejuicios y estima social hacia este procedimiento. Ejercen una gran presión sobre las mujeres que abortan, lo que puede provocar sentimientos de culpa y síntomas depresivos en estas mujeres.
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